noviembre 23, 2009

PROGRAMA PARA LA RECUPERACIÓN DE ADICCIONES

LOS 12 PASOS

Paso 1
Admita su incapacidad para superar sus adicciones por sí mismo y que ha perdido el control de su vida.
Paso 2
Crea que el poder de Dios puede restaurar su salud espiritual por completo.
Paso 3
Decida entregar su voluntad y su vida a Dios, el Padre Eterno, y a Su Hijo Jesucristo.
Paso 4
Escudríñese y realice un valiente inventario moral por escrito de sí mismo.
Paso 5
Admita la naturaleza exacta de sus errores ante sí mismo, ante su Padre Celestial, en el nombre de Jesucristo, ante la debida autoridad del sacerdocio y ante cualquier otra persona.
Paso 6
Prepárese por completo para que Dios erradique todas las debilidades de su carácter.
Paso 7
Pida humildemente a su Padre Celestial que le libre de sus debilidades.
Paso 8
Redacte una lista con los nombres de todas las personas a las que haya ofendido y dispóngase a reparar sus agravios.
Paso 9
En lo posible, realice una restitución directa a todas las personas a las que haya ofendido.
Paso 10
Prosiga con su inventario personal y cada vez que cometa un error, admítalo sin dilación.
Paso 11
Válgase de la oración y la meditación para conocer la voluntad del Señor y tener fuerzas para aplicarla en su vida.
Paso 12
Tras haber logrado un despertar espiritual gracias a la expiación de Jesucristo, comparta este mensaje con otras personas y viva estos principios en todo momento.

noviembre 16, 2009

se prudente... a tu alma gobernad




Mis hermanos, todos somos propensos a esos sentimientos que, si no
los controlamos, pueden conducir al enojo. Sentimos desagrado, irritación y antagonismo, y si así lo escogemos, perdemos el control y nos enojamos con los demás. Irónicamente, con frecuencia los demás son los miembros de nuestra familia, las personas a quienes más queremos. LIahona Noviembre 2009.

Sé prudente, oh hermano,
A tu alma gobernad,
No matando sus anhelos,
Mas con juicio gobernad.
Sé prudente, hay gran fuerza
En la mente [sin] pasión.
La pasión razón destruye,
Hace ciega la visión.


http://www.lds.org/churchmagazines/LI_2009_11_00___04291_002_000.pdf

julio 15, 2009

Los escritores de la libertad



Basada en hechos reales. A sus 23 años, todavía con aspecto de estudiante, la idealista Erin Gruwell (Hilary Swank) parece dispuesta a comerse el mundo el día que entra en el high school Wilson para estrenarse como profesora. Pero su clase lo único que espera es sobrevivir un día más; son un grupo multiétnico de adolescentes de los más variados orígenes, afroamericanos, latinos, asiáticos, delincuentes juveniles, pandilleros y estudiantes de barrios pobres. Lo único que parecen tener en común es el odio que se profesan entre sí y la intuición de que el sistema educativo se está limitando a almacenarlos en cualquier lugar antes de que tengan edad para desaparecer. Erin se empeña día tras día en ganarse a sus estudiantes pese a su obstinado rechazo a toda forma de participación en las clases. Pero la realidad del ghetto no tarda en imponerse. Una pandillera latina de su clase presencia un tiroteo originado por cuestiones raciales; otro día la profesora intercepta una desagradable caricatura racista. Erin aprovecha esos incidentes y los convierte en dinamicos elementos de aprendizaje. Así se produce una transformación en el aula: los alumnos empiezan a escuchar y Erin se libera de sus idealistas prejuicios y acepta oir las historias que le cuentan los chicos sobre las malas calles en las que deben sobrevivir a una guerra no declarada. Erin empieza a conectar con los miembros de su clase. Les trae discos de música urbana y libros surgidos de otro tipo de ghetto, como “El diario de Ana Frank”, y con esas simples herramientas les abre los ojos a la experiencia de la lucha de quienes han sufrido la intolerancia fuera de las comunidades a las que los chicos pertenecen. Sabiendo que cada uno de sus estudiantes tiene una historia que contar, Erin les anima a que escriban un diario con sus pensamientos y experiencias. Tras compartirlo con los demás, cada alumno ve que sus compañeros viven una situación similar a la suya; y comprenden por primera vez que hay más horizontes en la vida que esperar a llegar vivo a los 18. Los diarios de los chicos dejan de ser deberes de clase y se convierten en un instrumento de afirmación vital; y el contacto con sus estudiantes afecta a Erin mucho más profundamente de lo que ella hubiera podido imaginar.

“Si un alumno te dice que quiere quedarse contigo acabadas las clases y te confiesa que no tiene ningún sitio adonde ir, no puedes decirle que lo sientes mucho y que se busque la vida. Si no tienen un sitio para hacer los deberes que les has puesto, tienes que proporcionárselo tú. Ese compromiso con sus alumnos le costó su matrimonio. A veces tu vocación te exige mucho y no puedes pedirle a otra persona que se sacrifique tanto como tú”.

mayo 14, 2009

Los miedos ente el divorcio de papá y mamá




La separación de los padres es una de las situaciones más difíciles a las que se puede enfrentar un niño. Para aliviar sus miedos, es imprescindible contestar a todas sus preguntas y explicarles el divorcio con comprensión y sensibilidad. Ofrecemos respuestas para que la madre pueda aportarles consuelo y facilitar su adaptación.



¿Por qué se va papá de casa?

Qué contestar al niño

«Tu papá y yo ya no nos queremos como antes. Ahora nos queremos como amigos, pero no como pareja. Por eso papá se va a vivir a otra casa. Pero tú no tienes por qué tener miedo. Tu papá no se separa de ti, sigue siendo tu papá y quiere estar a tu lado».
La clave

Contestar a sus preguntas de la forma más objetiva posible. Los reproches y las acusaciones al otro progenitor afectan a los niños porque les suponen un conflicto de lealtad. Para ellos, es mucho más importante saber las consecuencias concretas de la separación: ¿Dónde va a vivir papá? ¿Cuándo y cada cuánto tiempo le puedo ver?
¿Tiene ahora papá otra familia?

Qué contestar al niño

«Es mejor que papá te conteste a esa pregunta. Yo ya no hablo tan a menudo con él y no sé todo lo que hace ni qué planes tiene. Lo que sí sé es que aunque papá tuviera una nueva novia, tú siempre serás su hijo. Los adultos, cuando se separan, tarde o temprano vuelven a buscar otra pareja porque no quieren estar solos. Eso es normal».
La clave

A veces los niños se sienten desplazados por motivos justificados. Cuando el padre inicia una nueva relación o incluso tiene otro hijo, la familia «anterior» ya no ocupa el primer plano. En esta situación, la sinceridad también es crucial: «Tienes razón, tu papá tiene últimamente poco tiempo para ti. Sé que esto te resulta difícil y lo siento mucho». Aunque esta experiencia puede resultar dolorosa para todos, abstengámonos de acusaciones y juicios tajantes («¡Ese canalla se ha olvidado de ti!»). El niño necesita poder seguir amando a su madre y a su padre.
Mamá, ¿tú también te vas a ir?

Qué contestar al niño

«No, yo me quedo contigo. Los padres siempre están con sus hijos hasta que se hacen mayores e independientes. Ahora muchas cosas te resultarán nuevas y confusas, pero papá y yo te ayudaremos en todo».
La clave

Para fomentar la confianza, los pequeños gestos cotidianos son importantes: ser puntual al recogerle de la guardería, cumplir las promesas («este fin de semana iremos al zoo»), respetar los acuerdos de visitas... Cuanto más se pueda fiar el niño de la palabra de sus padres, más seguro se sentirá.
¿Cuándo vuelve papá a casa?

Qué contestar al niño

«Sé que te gustaría que todo fuese como antes, pero es imposible. Tu papá y yo nos llevamos mejor cuando vivimos cada uno en nuestra casa. Aunque papá no viva con nosotros, sigue siendo tu papá, y le puedes ver regularmente».
La clave

La sinceridad es muy importante. Las afirmaciones como «quizá papá vuelva un día» refuerzan el caos interior de los niños, porque así nunca abandonan la esperanza de que un día todo pueda volver a ser como antes, y no asumen la nueva situación. No les haremos ningún bien creando falsas expectativas.
¿Papá ya no me quiere?

Qué contestar al niño

«¡Claro que sí! Papá te quiere igual que antes, aunque ya no viva con nosotros. Tú no tienes la culpa de que se haya mudado. Los papás no se van porque los niños no obedezcan o no ordenen su cuarto. Se van porque su relación con las mamás es diferente».
La clave

Los niños menores de diez años viven en un mundo egocéntrico. Sienten la certeza de que todo lo que pasa a su alrededor tiene que ver con ellos. Y por eso también se sienten fácilmente culpables de la separación de sus padres. Necesitan escuchar una y otra vez que ellos no tienen nada que ver en esto, que nadie está enfadado con ellos ni ellos cometieron ningún error que provocase esta decisión.
¿Por qué estás tan triste?

Qué contestar al niño

«La nueva situación que tenemos papá y yo a veces me produce tristeza. Por eso a veces lloro o tengo la mirada triste o estoy enfadada. No tienes por qué preocuparte, porque lo sé llevar y pronto se me pasará».
La clave

Lo mejor es ser honestos y admitir que no estamos pasando el mejor momento de nuestra vida. También hay que esforzarse por no ahogarnos en la autocompasión. La sensación de que papá o mamá están desamparados y necesitan consuelo supera a cualquier niño. Los padres podemos y debemos vivir y expresar nuestras emociones con toda franqueza en un entorno adulto, pero no es conveniente transmitirlas de forma tan explícita en las conversaciones con nuestro hijo.
¿Por qué cambiamos de casa?

Qué contestar al niño

«Como tu papá y yo nos separamos, tenemos menos dinero que antes, porque ahora tenemos que pagar la nueva casa de papá y la nuestra». Esta casa se ha quedado un poco grande para nosotros; por eso nos mudamos a una más pequeña. Allí volverás a tener una habitación para ti y pintaremos un barco de piratas en la pared si quieres. ¿Qué te parece?».
La clave

Tras una separación, casi todas las familias tienen que enfrentarse a dificultades económicas de algún tipo. No hay por qué ocultárselo a los niños, pero tampoco entrar en detalles. Los pequeños aún no tienen una comprensión profunda de los asuntos de dinero y no entienden por qué de repente hay menos. Lo que prima en este momento es inspirarles las ganas de mudarse a la nueva casa, que lo vivan como algo apetecible.

Autor: Juan Martínez.
Asesor: Esteban Cañamares, psicólogo de familia.

abril 18, 2009

Los buenos padres

Los buenos padres no le dan a su hijo todo lo que necesita,
Le enseñan que él es capaz de conseguir lo que quiere.

Los buenos padres no buscan hacer feliz a su hijo,
Le enseñan que la felicidad depende de cada uno.

Los buenos padres no le dan oportunidades a su hijo,
Le enseñan a buscarlas, a crearlas y a aprovecharlas.

Los buenos padres no le dan a su hijo lo mejor para que sea feliz,
Le enseñan a disfrutar y a encontrar lo mejor, aún en lo más sencillo.

Los buenos padres no le enseñan a su hijo a superar siempre a los demás,
Le enseñan a superarse a sí mismo.

Los buenos padres no le enseñan a su hijo a decir todo lo que piensa,
Le enseñan que lo que pensamos no es la verdad absoluta y que debemos
ser cautelosos al expresar nuestras opiniones, teniendo en cuenta los
sentimientos de los demás.

Los buenos padres no le resuelven los problemas a su hijo,
Le enseñan a asumir responsabilidad y a aprender de sus errores.

Los buenos padres no le enseñan a sus hijos a evitar los fracasos,
Le muestran que el fracaso es parte del camino hacia el éxito.

Los buenos padres no convencen a su hijo de su importancia en la sociedad,
Le enseñan que sirviendo se volverá importante para ella.

Los buenos padres no le enseñan a su hijo a ser crítico y resentido ante las injusticias,
Le enseñan a contribuir en paz y a construir la justicia.

Fuente: www.leonismoargentino.com.ar

febrero 04, 2009

Estaba demasiado ocupado y no me di cuenta



El amor que les tenemos a nuestros hijos nos lleva muchas veces a cegarnos y a olvidar lo que los hará felices a la larga. Es muy común en estos tiempos que los padres de familia, sobre todo los de ciertos recursos económicos, les construyamos un mundo irreal, sacado de un cuento de Walt Disney, así de la realidad.

Cuando tarde que temprano el cuento termina, nuestros hijos se enfrentan a un mundo que desconocen, que no comprenden, lleno de trampas y callejones sin salida que no saben sortear, y las consecuencias son peores a las que quisimos evitar.

Hace poco la imagen de un padre con lágrimas en los ojos conmovió profundamente al mundo entero. Pelé, el gran ídolo del fútbol de los últimos tiempos, quien a diferencia de otras ocasiones, dio una de las ruedas de prensa más tristes y dolorosas de su Vida: su hijo, Edson de 35 años, fue arrestado junto a 50 personas más en la ciudad de Santos Brasil.

El hijo de Pelé fue acusado de asociación delictiva con narcotraficantes y puede ser condenado a 15 años de cárcel. Con lágrimas en los ojos, el ex futbolista brasileño admitió públicamente que su hijo resultó involucrado en una pandilla de traficantes de cocaína arrestados por la policía. Pelé dijo a los medios: "como cualquier padre, es triste ver a tu hijo metido en grupos como ése y ser arrestado, pero él tendrá que sufrir las consecuencias". Y agregó, "desafortunadamente, yo quizás estaba demasiado ocupado y no me di cuenta."

Es lamentable, porque yo siempre he peleado contra las drogas y no noté Lo que pasaba en mi propia casa. Pelé es un personaje mundial admirable como deportista y hombre honesto que no perdió su humildad como otras figuras del deporte. Sin embargo, es triste que un hombre bueno y talentoso como él se haya "distraído" en su jugada más importante: la formación de sus hijos.

La historia de Pelé no es un hecho aislado. Por desgracia es la vida de cientos de padres de familia de estas épocas atrapados en una agenda saturada de trabajo y de fuera de casa. Papás que compensan la falta de atención a sus hijos con bienes materiales. Los inscriben en las mejores escuelas, los rodean de lujos y comodidades y piensan que con eso ya cumplieron con su tarea de padres, cuando lo único que han logrado es formar niños que desconocen el hambre y tiran lo que no les gusta. Hijos tiranos, pequeños monstruos insoportables y prepotentes que sufrirán y harán sufrir a sus semejantes porque desde pequeños se han salido con la suya.

Muchachitos que creen que sentir frío o calor es cuestión de regular el aire acondicionado, que el cansancio que han sentido se limita a caminar unas cuadras porque no hallaron estacionamiento frente a la discoteca, jovencitos que piensan que el trabajo de los padres es firmar cheques para que ellos tengan todo lo que se les antoja.

¿Qué posibilidades tienen nuestros hijos de convertirse en hombres y mujeres de bien si los papás les damos todo y no les educamos la voluntad? ¿Qué hijos estamos formando si con nuestra actitud les enseñamos que el dinero es lo más importante en la vida?

Confucio decía: "Educa a tus hijos con un poco de hambre y un poco de frío". Proverbio 22:6 señala: "Instruye al niño en su camino y aun cuando fuere viejo no se apartara de el" . Cuánto bien hacen los padres a los hijos cuando ponen esa máxima tan sencilla en práctica. Y cuánto daño les hacen al ponerles todo en bandeja de plata.

Hay muchas realidades que como padres quisiéramos desaparecer; el sufrimiento de los hijos, el exceso de sudor, de esfuerzo, y las carencias económicas. Sin embargo, quizás esas realidades no los hagan felices de momento, pero a la larga puedan forjarlos como hombres y mujeres de bien. Ojalá que más padres de familia tengan la inquietud de enterarse por dónde andan sus hijos.

Que no les vaya a pasar que cuando tengan tiempo deban decir: "Estaba demasiado ocupado y no me di cuenta".